Valeff Eduardo
Egresado de la Escuela Nº 5
Recuerdo que en primero inferior, por algunos meses utilizamos las viejas instalaciones de madera de la escuela 86 donde fue papá Valeff Atanasio en la década de 1930 (falleció en 2019 con 94 años) y sus hermanos, la tía Lola, la mas aplicada de los tres conservaba con orgullo, una bandera argentina, con su mástil de madera que le entregaron al finalizar la primaria, por ser la mejor alumna. La escuela estaba situada sobre la avenida Montevideo entre 4 y 5 (actualmente 22 y 23). Luego pasamos a la esquina, donde estuve 5 de los 7 años, los otros dos, tercero y cuarto grado, fue en unas casillas de madera que cariñosamente llamábamos el gallinero.
De mis maestras quedaron en mi memoria tres, Ada de primer grado, Anita, de primero superior y Cholita de segundo, una tarde en mi consultorio atendí con mucha emoción a Ada, hablamos por más de una hora.
Cuando le dieron el nombre Árabe Siria a la escuela, hubo un acto en el que vinieron el embajador, el intendente y toda nuestra familia, Anita me preparó y me dio confianza para exponer un monólogo de tres hojas que para mis siete años fue lo más trascendente que había vivido, después de muchos años lo recordamos una tarde tomando un te en su casa que quedaba a dos cuadras del Hospital San Juan de Dios de La Plata, donde me estaba formando y una mañana nos cruzamos en la puerta, cuando la conocí y le dije quién era, abrió sus brazos y exclamo Eduardito!!! No pude hablar y nos abrazamos largamente, mientras mis lagrima no paraban de caer. Algo similar ocurrió con Cholita, con ella nos encontramos en el casamiento de su sobrina.
Con muy pocos de mis compañeros, nos seguimos viendo, pero los recuerdo a todos, compartimos partidas de ajedrez, partidos de futbol y softbol en competencias inter escolares, coordinadas por el profesor Laspinas, utilizábamos para todo las instalaciones del Club Villa San Carlos.
Todavía percibo el aroma del mate cocido con leche y un emparedado que con amor nos servía en el segundo recreo, Alejandra, nuestra querida portera de anteojos.
Agradezco profundamente a mi amiga Adriana Pérez, que no solo me estimuló a buscar estos recuerdos, sino que también me permitió participar de la cena de los 80 años de mi querida escuela.
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